viernes, 29 de diciembre de 2006

Que mala es la absenta

Ayer tuvimos nuestra segunda cena de empresa. Porque en mi kurro las cosas se hacen así, por duplicado todo y supercutre (lo hicimos en nuestro local después de haber cerrado)

En realidad fue un pica pica, un par de tortillas, ganchitos, cacahuetes, patatas, esas pelotas de ganchito... Pero me lo pasé bien. Cuando abrimos las botellas de cava para brindar y tiré el tapón al otro lado de la mesa y aterrizó en la cabeza de uno de los gerentes; o como ibamos todas tirándole los trastos a Emi; o como, después de haber acabado todos hacía media hora, Cristina seguía jalando (donde lo mete la jodia!! pero si es un palo!!!)

Nos ponemos a recoger, comenzamos a tirar lo que ha sobrado... y Cristina trae tuppers para llevarselo a su casa "aquí no se tira nada!!". La cara de los que no la conocían no tenia precio!!

Después de salir del local, nos vamos a un bar de la zona a tomar algo. Nada, un par de cervezas, una partida de dardos (que gané las dos!! una porque se pasó de puntos y la otra porque agotamos las tiradas... pero que mala soy jugando a dardos, diosssss) y un chupito de absenta (puagggghhhhh). Salieron tantas paridas que comentamos abrir un blog con la frase del día:

>Pelo de pollo rosa
> Ves un tio y vas dejando rastro como los caracoles

Ea, ya no macuerdo de más que la absenta le ha hecho daño a mi memoria a medio plazo.... Que sueeeeeeeeeeeño... mañana sigo

Hace tres añitos

Hace unos tres añitos estaba en el hospital ingresada. Estuve dos semanas largas en que me hice amiga de las enfermeras y me recorrí el hospital de arriba a abajo. Iba yo con mi pijama y mis pantuflas a buscarme un chocolate a la máquina más escondida del hospital donde iban las enfermeras porque decian que allí sí que salía bueno...

En fin, que me desvio... Pues uno de esos días, cuando estaba sola en la habitación, me puse a pensar en lo que podrían decir al día siguiente en que me hacían la biopsia. Y el resultado me preocupaba, pero más que nada el que no pusieran suficiente anestesia... Así que, en medio de fantasias muy desagradables sobre notar el bisturí entrando en mi cuello... puaaaaaggghhh... me zampé media caja de Ferrero Rocher. Pero no de las pequeñas, que vienen seis, no. De las industriales, 30 Ferrero Rocher alineaditos y diciendo comeme. Consecuencia: dolor de barriga intenso por chocolatitis aguda. Cuando la enfermera vino a hacer la ronda, le comenté que me dolía la barriga, le pedí una manzanilla con cara de pena, miró los papelitos de chocolatinas y...

PLACA

Coooooollejón. Menuda colleja me dió la tia, que ni la Sole de "7 vidas", vamos. Cuando se dió cuenta de lo que había hecho se quedó un poco cortada, pero como a mí me dió la risa se relajó y se puso a reir ella también. Desde aquel momento fue "la Sole" y procuraba no dejarle el cogote al alcance nunca.

Al día siguiente me hicieron la intervención. Me anestesiaron localmente y pusieron en marcha el bisturí eléctrico (dios, suenan como unas minimotosierras). Cuando se pusieron a cortar y no noté absolutamente nada, por fin me relajé: el atracón de Ferrero y la colleja habían sido en vano. De hecho, me relajé tanto que me puse a meterme con el médico: "oye, si veis que se acaba la anestesia, ponedme más eeehhh??" "niña, que esto es la seguridad social, que no somos ricos". Y a contarle chistes "esto son dos y se cae el de en medio" (mala idea, no hagas reir a alguien que tiene un bisturí cerca de tu yugular).

Cuando acabó y me pusieron en reanimación, salió a hablar con mis padres y después de asegurarles que todo había ido bien les contó el chiste... Hay que joderseeee....

viernes, 22 de diciembre de 2006

Celia

Celia es la otra encargada de fin de semana. El adjetivo maniática se queda corto con ella. Si toca algo pringoso, o que a ella le parezca pringoso, se lava las manos cada dos minutos durante lo que queda de día. Si se cruza con alguien que no le hace gracia y ha dejado menos de un palmo de distancia, se siente sucia y se obsesiona pensando si le habran pasado algo. Un día me preguntó como era la mejor manera de decirle al médico que quería una analítica por un rasguño en el codo.

Los primeros días me pensaba que estaba de coña. Que me estaba tomando el pelo!! Como podía alguien normal no beber agua de una garrafa si antes no la había probado otra persona? Pero no... Resulta que ella es así de maniatica: si va al lavabo de su propia casa, coge medio rollo de papel de water y limpia bien el asiento antes de utilizarlo.

Un día que estabamos hablando sobre la fauna diversa que había en el local, le comenté que a mi me daba asco entrar a casa con los zapatos del trabajo. ¿Y si llevo huevas de cucas en las suelas e infecto mi casa?

Desde entonces entra descalza en su casa.

Como es tan aprensiva, la mejor manera de pasar un rato aburrido es decirle aquello de "uy, que se te mueve algo blanco en la camisa!!". Lo se, es cruel... pero te ries un rato mientras se lava compulsivamente las manos o se sacude la camisa. A veces pienso si me dejará hacer mi tesis sobre ella :)

¿A que no sabéis lo que le han regalado en el amigo invisible? Un reloj de pared y unos guantes de látex y una mascarilla. La dedicatoria rezaba: "Para que puedas vivir tranquila"

miércoles, 20 de diciembre de 2006

La rutina de nochevieja

La Nochevieja es la única fiesta de Navidad sagrada en casa de mis padres (me parece que esto ya lo había dicho antes). Es la única fiesta que organiza mi madre en casa y cuando nos reunimos toda la familia.

Generalmente aprovechamos esa noche para dar los regalos. Por supuesto, hasta hace bien poco, solo los "niños" recibíamos regalos. Aún hoy, cuando ya tengo 26 añitos (26 ya, no podionoquieroooooo), no se espera que aparezca con ningún regalo para nadie.

También es la noche en que mi madre intenta hacer gala de sus habilidades culinarias y cuando suele fracasar estrepitosamente. Generalmente cocina muy bien, pero el día de fin de año saca sus libros de Arguiñano, les sopla el polvo acumulado de todo el año y se decide por el plato con el nombre más largo y con ingredientes más raros. Si a la falta de práctica con el plato en cuestión le sumas que no se come con hambre porque antes hay un picoteo gigantesco (teeeeeeengooooo gambas, tengo chopitos, tengo pan tostado y canapes de salmón, tengo minisalchichas, patatas variadas y si me dejas saco el turrón) pues... como que el efecto del plato queda... menos espectacular. Eso sí, cada año hacemos "mmmm" y "ohhhh" y "que bueno te ha quedado este cabrito churrascao".

Lo siguiente es quitar la mesa. Volvemos al machismo de siempre, mi padre (que estoy segura de que no sabe como funciona el lavavajillas) y mis tios se sientan tranquilamente a ver el show navideño de turno, las mujeres quitamos los platos (gran invento el lavavajillas) aunque para hacer justicia hay que decir que el año pasado (el único que Marc ha estado en casa) mi noviete se arremangó y ayudó a quitar la mesa. Un solete....

Después, cuando son las 11 y pico, mi insoportable primita y yo nos dedicamos a lavar y contar las uvas. Las empaquetamos, pelamos y despipamos las del primo más pequeño y repartimos los paquetitos de 12 uvas. Y esta es una de esas tradiciones que hay desde que era pequeñita pequeñita, mi prima y yo lavando uvas y contándolas.
Las 12: comemos las uvas, mi tia Reme se las acaba la primera y con la boca llena levanta las manos y se pone a bailar para que veamos que en la sexta campanada ella ya ha acabado... el día menos pensado se nos ahogará por agonia!! Y una vez que ya han acabado las campanadas, besos para todos (me he dejado al tio Tomás?? Abuela que ya te he besado dos veces, no seas abusona!!) y el último beso en que todos nos paramos a mirar expectantes, es el beso de mi padre a mi abuela. Y es que es el único beso que le da a la suegra en todo el año.

Tienen todos sus besos? Ya hemos brindado con cava? Preparados, listos... las 12:05!!! Mis tios salen en estampida de casa. Tengo la teoria de que algunos acaban de masticar las uvas en el coche.

Cuando estaba soltera (y entera... jajajajaja) era el momento de irme de fiesta loca, emborracharme y volver a casa a cuatro patas. Este año supongo que me lo pasare jugando al cinquillo con mis padres porque si no se quedan solitos. Como echo de menos los 20 en esos momentos!!!!

lunes, 18 de diciembre de 2006

Los regalos

La maratón de los regalos... o como se va la paga extra en dos semanas.

La verdad es que mi paga extra no ha sido espectacular... a fin de cuentas solo llevo trabajando 5 meses y de fin de semana. Pero aún así, la verdad es que me ha hecho ilusión ver aumentar un poquillo (no mucho, desde luego) mi cuenta corriente. Y al minuto siguiente, escalofrio por el espinazo porque todo eso (y más) se irá en los regalos de Navidad.

Repasemos la lista: padres, hermanos, cuñados. En total... a ver que hago cuentas... 7 personas. Eso sin contar a Marc, claro. Además de los pagos habituales: internet, el sofá nuevo (que hoy me traen por cierto!! En cuanto salgan los del transporte por la puerta me tiro en plancha!!), teléfono, la comida... Mi cuenta corriente tiembla muy mucho tan solo de pensarlo.

El de Jordi y Annabel (mis cuñados) ya lo tenemos, les hemos comprado ---piiiiiiiiii--- y además queremos comprarle ---piiiiii--- a Jordi y ---piiiiiii--- a Annabel, por eso de tener un detallito. Esta censurado porque mi cuñado es uno de los lectores ocasionales...

A mi suegra también está decidido, un video (como ella no me lee no hace falta que lo censure). Para grabarse la novela de la tarde, que mona ella.

Y ahora llegan los chungos, chungos... mi hermano y su novia, como se compran un piso, pues algo para la casa. Pero, ¿qué? Unas sábanas de seda, una parrilla, pagarles la hipóteca... Porque pobres... en que berenjenal se han metido. De verdad que si tuviera dinero les pagaba el piso y de regalo de Navidad... claro que para eso, haría falta MUUUUUUUUCHO dinero.

Y mis padres. Que mi padre es tela de difícil de regalar. Absolutamente todo lo recibe con cara de poker. No se sabe si le gusta, si no, si no sabe que es lo que le has regalado... y, cuando meses después, te das cuenta de que no ha colgado la lámina que le trajiste de Paris, llegas a la conclusión de que esta vez la cara de poker quería decir que no le había gustado. Mi madre ya es otra historia. Quizás porque la conozco más o porque somos muy parecidas (Marc dice que en la familia somos clones: mi abuela, mis tias, mi madre y yo) o también quizás porque aunque le regales algo que no va a usar en la vida te lo agradece como si le hubieras regalado quien sabe que.

Con lo fácil que sería darse la mano amigablemente y desearse feliz navidad. Que fácil era todo esto cuando tenía 10 años y mi único trabajo en estas fechas era recibir regalos...

PD: Desastre lo del sofa... resulta que no les cabe ni en el ascensor, ni por las escaleraas y mi ventana no da a la calle... Joer, no se que es lo que vamos a hacer pero de momento seguimos con los sofas viejos... jops

Lluc

El Sábado nació Lluc, el hijo de David y Emma, unos amigos de Marc (voy a tener que quitarme esta costumbre de decir amigos de Marc porque también lo son mios). Y ayer los fuimos a ver y a conocer al bebito. Una monada, sonrosadito, con mofletitos, ¡despierto!, y sin llorar nada de nada.

En el ascensor nos encontramos al cura de su parroquia que venía a ver a la pareja. Supermajo, preguntando cuantos puntos le habían dado a la mamá, si ya le había dado el pecho y como fue el parto. Cuando nos fuimos, poco después porque estas visitas mejor breves, nos despedimos con dos besos de todos, incluido el cura. Ya en la calle, Marc me mira sonriente y me dice: "¿Te ha salido urticaria?" Y es que antes de conocer a Marc tenía una tirria increible a la iglesia y sobre todo a los curas.

En la segunda o tercera cita salió en la conversación el tema de la religión. Y tras una petorata mía de "esos chupasangres, lavacerebros, pederastas, se quedaran sin gente en las iglesias cuando se mueran las tres viejas que van", Marc me dijo que el había ido cada Domingo a la iglesia hasta los 20 años. Y que su madre seguía yendo y además hacía catequesis. Mi cara fue de "este es un integrista por lo menos" y ahí se quedó el tema.

Al conocer a sus amigos se me abrió un poco más la mente. David y Emma, los papas, estaban entre ellos. Él juega a rol y escucha "La polla records" ;) así que cuando me dijeron que cada Domingo iban a misa me quedé un poco descolocada. Hace poco recibimos un christmas de ellos, que es una ecografia del niño donde se le ve la carita de perfil y dice algo así (el original está en catalán, pero lo traduzco para que nos entendamos todos):

Començàvem a caminar com a fills sense adonar-nos que el camí ens portaria a ser pares i ara ens adonem que Ell ens ensenyarà a créixer com a pares, sense perdre la il·lusió d'aquells infants que començaven a caminar com a fills. On neix Jesus, neix l'amor, i on neix l'amor neix Jesús.


Comenzábamos a caminar como hijos sin darnos cuenta de que el camino nos llevaría a ser padres y ahora nos damos cuenta de que Él nos enseñará a crecer como padres, sin perder la ilusión de aquellos niños que empezaron a caminar como hijos. Donde nace Jesús, nace el amor, y donde nace el amor nace Jesús


Hoy en día sigo sin creer, veo absurdas muchas cosas que hace la iglesia (sobre todo en los ambitos más altos) y muchos de sus ritos me parecen incluso gores (este es mi cuerpo, comételo y ¡buen provecho!) pero respeto que hay gente que cree, que hay muchos curas adaptados a lo que es la vida normal de la calle y a veces hasta envidio esta capacidad espiritual y el refugio en los malos momentos que les proporciona el creer. En definitiva he ganado algo: respeto.




Respeto y que ya no me den urticaria los curas....

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Cumpleaños feliz

Japi berdei tu yu.... Jejeje, felicitadme todos que hoy es mi cumpleaños. Hoy si que puedo decir oficialmente eso de desbarradas a los 25 :) ¡Un cuarto de siglo!
Marc me ha comprado algo (que yo lo se, que he visto el paqueteeeee). Llegó un día con un paquete azul y lo escondió corriendo, pero el sonido de una cremallera lo delató e inmediatamente supe que lo había escondido en la bolsa de deporte. Y, lo siento pero soy una impaciente, en cuanto se fue corrí a mirar que era. No abrí el paquete, por supuesto... Solo lo palpe. Era blandito, en la bolsa de una zapateria... ¡unas zapatillas! A quien le suene cutre (que se que los hay), hace seis meses que vivimos juntos y no tengo zapatillas así que le robo las suyas. Ahora tiene 2, así que no pasa nada, pero al principio nos peleabamos por el único par que había y al final uno de los dos acababa descalzo (o en pijama con bambas, que no se que es peor). Yo mido un orgulloso 1'69 (no es ninguna broma sexual, medida de hospital) y él casi 1'90. ¿Adivinais quien se quedaba siempre sin zapatillas? Como dijimos que no nos ibamos a gastar mucho dinero en regalos, pos es un detallito.

Pero, retomando mi impaciencia, en el momento en que estuvimos juntos hice de todo para que me diera el regalo antes de tiempo. Soborno sentimental: "Tú me quieres muy mucho????? Harias cualquier cosa por mi??? Quieres que te quiera un poco más????" Como la cosa no funcionó pasamos al acoso físico: cosquillas, sexo.... Vamos, lo típico. Nada, no hubo manera. Acabé con un novio muerto de risa y agotado pero decidido a no darme el regalo hasta que llegara la hora exacta. Que por cierto ya pasa una hora de la hora exacta, pero como estamos en la universidad no me lo puede dar (excusas, excusas).

También mantiene el secreto respecto al restaurante. Por lo que parece le ha pedido la opinión al más pijo de sus amigos y este le ha recomendado un restaurante que no tiene cocina (¿?). Se ve que todo lo sacan de latas (de latas muy pequeñitas), lo decoran muy bonito y te clavan una millonada. Lo que se conoce como nouvelle cuisine y la gente normal llama estafa. Por supuesto, esta no es la opción porque si algo tiene Marc es que le gusta comer. Y le gusta comer bien, no aparentarlo.

Debo dicer que yo me conformo con poco... Mientras no me lleve al McDonalds....

Feliz navidad

Advierto que este va a ser un post sin estructura

En esta época se juntan varias fechas significativas.

La primera es mi cumpleaños (26 ya, no podio, no... no quieroooooooo). Es justo hoy :) pero como estoy lejitos de mi familia lo celebraré con Marc y el viernes con las compis del curro. De todas formas hoy he invitado a comer a mi madre y a mi suegra, así que algo de familia sí que habrá...

La segunda es mi santo. 6 días después de mi cumpleaños, nadie se acordaba nunca. Así que el 19 de Marzo, santo de mi padre y de mi hermano (ole los Joses), me pasaba todo el día graznando porque ellos tenían regalo de santo y yo no. Hace poco (este año concretamente) mi madre me dijo que lo que pasaba es que siempre me hacían un regalo más grande a mi que a mi hermano para aunar el santo y el cumpleaños. Me sono a una excusa muuuu gorda... Aunque creo que la razón oculta y verdadera era que Sta. Eva es un santo muy raro que nadie conseguía nunca localizar en el calendario.

Y luego vienen ya las Navidades. Es extraño decir que desde que vivo en pareja he descubierto lo incomodas que son estas fiestas. Como trabajo casi todos los festivos, es lógico que pasemos la mayoría de las fiestas en casa de su madre, que vive a 10 minutos de casa. Supongo que cuando ya tenga un trabajo normal habran palos para decidir adonde vamos a comer el día de Navidad. Pero de momento el único sagrado en mi casa es fin de año, así que es el único día que he pedido fiesta.

El problema este año es que mi suegra pasará Nochevieja sola porque dice que no quiere venir a casa de mis padres con nosotros y mis cuñados ese día estan de escapadita los dos solos. Cuando pareció totalmente decidido que no se venía, me puse en la situación de que fuera mi madre y para mí la elección estaba clara. Si yo fuera Marc, me quedaba con mi madre. Así que se lo dije, que si quería se podía quedar con ella, que no había necesidad de que pasara la Nochevieja sola y que lo entendía si quería quedarse. La respuesta fue un "yo me voy contigo a Martorell" aunque con cara de que realmente le costaba decidirse. Una penita... a lo mejor el 31 la secuestro con cloroformo y me la llevo a rastras.

Me resulta muy muy raro las Navidades de mayor. De pequeña iba a casa de mis tios, de mis abuelos, jugaba con mis insoportables abundantes primos, hacía gamberradas con la comida y pensaba que todos, absolutamente todos estabamos tan contentos como lo estabamos los niños. A medida que fui creciendo vi cosas que no me gustaron tanto. Como que en la familia de mi padre los hombres se sentaban primero mientras las mujeres los servían y cuando acababan de comer ellas por fin se sentaban a comerse las sobras. O que el alcohol hacía estragos y se decían las verdades que sobrios no eran capaces de decirse y todas las nochebuenas acababan con alguna familia saliendo atropelladamente para no acabar a palos.

En la familia de mi madre las tensiones eran más... disimuladas. Las mayores tensiones eran respecto a la comida o que se hacía después, pero con el tiempo se han dejado al decubierto tensiones mayores que se disimulaban con nimiedades.

Ahora, tengo unas nuevas Navidades, las de mi familia política. La rutina es la siguiente: la comida pantagruelica de mi suegra, el sueño de una barriga extremadamente llena y un juego de mesa con mis cuñados mientras mi suegra intenta ver una película. Lo cierto es que no es capaz de verla porque se pasa la mayor parte del tiempo mirando contenta la mesa que tiene llena de nuevo.

Y tengo que hacer una declaración final (no se si poseida por el espiritu navideño... quita bichoooooo):

mi suegra podrá ser una suegra de libro, de las manipuladoras y estresantes. Pero es una madre excepcional que daría su vida por sus hijos. Me sentía obligada a decirlo después del post sobre los concesionarios... mala conciencia me quedó.

viernes, 1 de diciembre de 2006

El coche

Estoy tan contentaaaa!!!

Ya tenemos coche!! Es tan mooooooono....

Resulta que después de recorrernos varios concesionarios, que vendedores más o menos habilidosos promocionaran su marca y no hacer nada de regateo (es que no sabemos, no tenemos esa picardia) estábamos entre dos coches. El Ibiza o el Clio.

El Ibiza era casi obligación familiar, salía como favorito, el vendedor era amigo y sabíamos que el coche va muuuuuuuy bien, que apenas se estropea.

El Clio fue un flechazo. Es precioso por fuera y por dentro, una cucada de coche. Y además nos ofrecían uno de gerencia con todas las pijadas posibles (techo de cristal, regulador de velocidad, cruiser, mp3, climatizador...) por lo mismo que nos costaba el Ibiza.

Así que al final nos decidimos por el Clio. Después de mucho pensar, dudar, volver hacia atras, pesadillas con coches y concesionarios, buscar parking, volverse a convencer, tener pesadillas de nuevo.... El Clio ganó.



Me enamoré de él cuando abrí el techo.... la pijada más tonta... escuchando la música que llevaba en el discman. Y lo ví como nuestro coche, el que nos llevaría por ahí.

Ahora solo me queda... sacarme el carne XD

jueves, 30 de noviembre de 2006

Harry Potter

Momento frikie...

Me estoy leyendo (por enesima vez) todos los libros de Harry Potter. Desde el primero hasta el último publicado, releyendo cada capítulo a ver si encuentro algún dato relevante, dándome cuenta de que existen trillones de alusiones a cosas que suceden en los libros posteriores y que no te habías dado cuenta de que estaban allí. Y es que me encanta como escribe esta mujer.

No es el típico libro infantil, que también. Lo descubrí a traves de un niño al que le daba repaso. El niño en cuestión era retraido y tímido, insoportable a su manera y que odiaba Harry Potter porque todo el mundo le decía que se parecía a él con esas gafitas redondas. Su madre, sin embargo, había leido maravillas de este libro, y estaba empeñada en que tenía que gustarle por narices. Así que venía a clase con el libro bajo el brazo resignado a pasarse una hora tartamudeando mientras leía en voz alta un libro que no soportaba.

Pero en cambio a mi me enganchó. Y como tenía que seguir el ritmo del niño, me exasperaba por saber que es lo que pasaba después. Así que le pedí que me lo prestara y ya ponía yo otro libro para que leyera. El niño disfrutó más con un libro de cuentos y yo pude leer Harry Potter a un ritmo normal.

Me enganché. Lo devoré en un par de días y cuando descubrí que habían dos libros más publicados me llevé un alegrón y los devoré al mismo ritmo que el primero.

Cada vez que sale una nueva entrega, me pongo en la lista de espera para ser de las primeras en llevármelo, me meto en los foros (donde los mayores de 18 somos mayoría), discuto teorías, leo y vuelvo a leer los libros y no soporto las películas porque se comen mis escenas favoritas. Aunque no me pierdo ni una.

La verdad es que Harry Potter para mi es como.... como "El Señor de los Anillos" para Wen :). Bendito frikismo que nos ayudas a llegar al mundo de las maravillas.

Sobras

Este Miercoles tuve que ir al ginecologo. Os ahorraré las partes más escatológicas del tema. Solo que cuando estaba en la camilla esperando, ya solo con la bata y con el culillo lo más incomodo posible... llaman a la doctora por teléfono y se va a contestarlo. Y me deja allí, con las piernas en alto, el culo incomodo y la enfermera vigilando que no me mueva.

"Hola, hola... como estas?.... Bueno, y ella como está?.... A ver, mujer, eso es una gastroenteritis, como va a ser un aborto... Porque os habeis puesto malos niños, abuelos, el marido y ella a la vez. Que debisteis comer algo en mal estado... No, mujer... lavativas, no... dejala que ella misma se vaya limpiando, no la fuerces.... Vale, vale, me llamas mañana a ver como está..."

Y vuelve a la faena. Comenta a la enfermera como si yo no estuviera allí: "Esto en mi época no pasaba, porque nos obligaban a acabarnos todo, no dejábamos nada en el plato y así no había sobras que se pusieran malas."

Pensamiento inmediato mio: "Dios, cuantas sobras, que pueden alimentar a una familia entera!!"

jueves, 23 de noviembre de 2006

El coche y la suegra

Ale... ahora nos compramos un coche.

Desde que Marc está en su nuevo curro (no tan nuevo, que lleva ya un añito) conduce el coche de su madre. Antes, a su anterior curro, podía llegar en bus pero ahora necesita el coche. Su madre le dejo el suyo porque no lo utiliza habitualmente, así que en principio lo teniamos todo solucionado.

Error.

No se debe olvidar que para una madre siempre seras aquel retoño travieso que le rompió su jarrón favorito jugando al fútbol dentro de casa. ¿Qué importa que hayan pasado 24 años desde aquello y hayas crecido metro y medio? Así que cada día tiene que subir las llaves del coche, los papeles, la radio... para que su madre pueda hacer inspección a fondo en cuanto cruce la puerta. ¿Que le has hecho una rascada? No te echa bronca directa: te recuerda que el coche es suyo, que te lo deja, que pobrecita de ella que se quedó sola cuando Marc se fue, que ya no puede disponer del coche para nada aunque antes lo tuviera en el parking encerrado, pues lo tenía y ya está, que ella no tuvo ningún toque nunca (lo que es un milagro, porque conduce muuuuuuuy mal...) y, por último, hace amago de pagarlo porque según ella Marc no gana lo suficiente. Y claro, Marc se enciende y le dice que la rascada la ha hecho él y que él la pagará, que es un hijo pésimo, que cuanto lo siento mamá que soy un desastre...

El coche, como podeis entender, era una necesidad, porque deberle tu alma al diablo es un coñazo. Y si llega tarde porque se entretiene en el trabajo, lo llama. Y si no pasa por su casa, lo llama. Y aprovecha que pasa por su casa para hacerle la comida "que desde que vives solo comes muchas porquerias" (y al tupper se le sale el aceite de la fritanga o el superpotaje). Total, control, control, control.

Así que nos hemos ido a visitar concesionarios. Y como estaban en las afueras, necesitábamos el coche... ¿A qué no adivinais quien iba de copiloto? Pues su madre. Dispuesta a hacer suyas todas la visitas. Que preguntábamos el precio de un coche... "Sí, ya, eso después.... pero si yo quisiera un coche para mi... porque es que resulta que fulanita, la hija del doctor mengano, el que me trato el reuma... que pobre también, ahora el que tiene reuma es él y su mujer que lo cuida mucho pues ha contratado a xxxx para que lo cuide las tardes que ella no puede porque va a catequesis y a misa... pues fulanita, como te decía, vino y le dijeron que podía cogerse el coche tal...".

Nos preguntan como pensamos pagar el coche. Responde Marc "Pues dariamos xxxx€ en efectivo y el resto lo financiariamos" Y su madre "No, no, no... que yo te dejo todo el dinero y lo pagas en efectivo y así para pagarle al banco pues me pagas a mi". Y Marc "Mamá, ya lo hablaremos después" Y ella "Ya, ya, ya... pero te lo dejo y así no le tienes que pagar al banco" Y Marc "Mamá, que después lo hablamos" Y ella "Bueno, pero que yo solo decía...." Yo con la manos en la cara intentando relajarme para que no me salga una ulcera y el vendedor flipando en colores.

Salimos del primer concesionario... "Mamá, no quiero que vuelvas a decir nada. Si yo digo que algo es así, pues así y tú no tienes que contradecirme delante de nadie. Una vez fuera me dices lo que quieras"

Los siguientes concesionarios tuvimos a una suegra ofendida, que no abría la boca para nada y resoplaba de vez en cuando para que no nos olvidaramos que estaba enfadada. La situación... pues mejoró sustancialmente :)

Llegamos al último concesionario. Como queda un cuarto de hora para que cierren, nos dicen de muy malos modos que podemos mirar el coche pero que hacer números mejor lo dejamos para otro día . Marc sale muy encendido y una vez fuera comienza a decir que va a llamar al gerente. Y la madre por detrás "Eso, eso... que te han tratado muy mal... eso, eso... entra, entra que se lo merece..." Metiendo baza, que si su hijo no estaba lo suficientemente enfadado... pues ahora está que muerde las aceras.

Reconozco que probablemente a mi me saca de quicio. Que ya la más pequeña cosa me hace saltar. Y también que me saldrá una ulcera si sigo así porque no debe ser bueno contenerse tanto... antes de soltarle tres frescas. Que ya se las he soltado alguna vez y quizas por eso la relación es más difícil todavia. Tendría que aprender de mi cuñada, que cuando está con ella, desenfoca la vista y que se las den todas en el mismo lado...

domingo, 19 de noviembre de 2006

El inconsciente

Hoy hemos estado en Martorell en casa de mis padres. No sestaba sirviendo una comida a base de tapeo (todo muy bueno, por cierto) y alguien ha comentado que siempre que venimos nos pone tapeo.

- Ya.... parece que tengo algo en el inconsciente... Cuando viene tu tio Caricio (sí, el bajito, el marido de tu tia Angeles) siempre le pongo arroz. Y cuando viene la Edith, tu prima, se ve que siempre le pongo sopa. Y a tu tia Carmen, siempre pollo asado. Y lo hago sin querer, no es que piense: "Hoy viene Carmen, hay que ponerle pollo".

Me he puesto con cara seria y le he dicho:

- Sabes que el inconsciente juega malas pasadas? A ver... a la tita Carmen, como es tu hermana y hay mucha confianza, puedes encargar un pollo y así os ahorrais la cocina. Con la Edith, te despierta el instinto maternal y le pones sopita, como harias con un hijo enfermo...

Todos se han quedado mirándome como se mira a los estudiantes de psicologia.... como si supieran algo que los demás no saben....

- Y a tu tio Caricio por qué le pongo siempre arroz?

- Nuse... - y aquí ya se me ha escapado la risa- porque es tan bajito que lo confundes con un chino....

jueves, 16 de noviembre de 2006

Costumbres, vicios y malos hábitos

Las viejas costumbres nunca se pierden. Desde que vivimos juntos nos hemos dado cuenta de que existen un millar de cosas que a veces chocan, a veces se complementan y a veces eliminamos porque lo encontramos estúpido.

El otro día estábamos doblando ropa y, cuando ya habíamos acabado con todo el montón, aún quedaban 2 calcetines sueltos. Yo tengo una bolsa donde los guardo, los sueltos y también los que hace falta que se tape algún agujerillo. Él abrió la bolsa, miró el mar de calcetines que había dentro y preguntó que cada cuanto los emparejaba de nuevo. "No lo se" dije mientras pensaba que desde que instauré el almacén de los calcetines perdidos no los había vuelto a mirar.

Una costumbre suya que me llamó la atención es que congela el pan. Calcula más o menos lo que comeremos ese día, corta el resto en trocitos tamaño minibocadillo y los congela. Y cuando hay que descongelarlos, los dejas 20 minutillos a temperatura ambiente y queda bueno. Eso sí, cuando vienen mis padres hay que comprarlo recién hecho, porque el primer día que intenté ponerles pan descongelado me preguntaron si teníamos problemas con el dinero que no podíamos permitirnos comprar una barra de pan.

Otra costumbre, esta vez mia... o defecto, más bien... es que soy superdesordenada. Estoy leyendo un libro, lo acabo... y se queda donde lo he dejado un par de semanas. Me quito la ropa un día y se queda en la silla un par de semanas más. Bolis, libretas, agenda, teléfono, gameboy, libretas del banco, ropa por guardar, la caja de una estufa... Y estoy haciendo un recuento de la habitación donde estoy ahora mismo. Marc no es que sea mucho más ordenado, pero lo es más que yo. Algo más (no mucho, que luego se lo cree y no hay quien le aguante en semanas). Así que me llama "pegotitos", mote que ya tenía en casa de mis padres y que mi madre le chivó entre risas cuando Marc le explicó que era una desordenada.

Y, para equilibrar la balanza, una costumbre fea de Marc. Se hurga los dientes con un palillo. Aparte de lo hortera y desagradable que pueda ser esa costumbre... es que después de hurgarse.... se los guarda!! Y eso es ahora, porque antes me los encontraba en todos lados. Que se hurgaba en el comedor... palillo en la mesa del comedor. Que se hurgaba en la cocina... palillo en la cocina. Que se hurgaba en la habitación... palillo en la cama. Así que el día que me pinché en la cabeza al acostarme hice dos cosas en este orden. La primera, ponerle el puñetero palillo en su almohada a ver si él también se pinchaba y así me aliviaba un poco el enfado. La segunda, menos pueril, fue gritarle que o dejaba de plantar los palillos por toda la casa o que por lo menos sacaramos algo de beneficio de ello e inventara el árbol de los palillos. Como lo último no fue posible, por muy químico que sea, ha optado por guardarselos en los bolsillos. Así que hace colección y cuando quiere hacerme enfadar saca los palillos que tiene en los bolsillos y dice "ves?? Ahora no los dejo por ahí!! Y estan todos usados"... Puaghhhhhh

Costumbre suya al cocinar: necesita un pinche al lado. "Nena, pásame la cebolla" "Nena, corta las patatas a dados" "Nena, pásame la sal". Y no es que me moleste ayudarle en la cocina.... es que para hacer la mitad de las cosas que ordena tengo que quitarle de en medio porque la cocina es muuuuuuuy pequeña. E iría más rápido él solo.

Costumbre mia al cocinar: no mido absolutamente nada. Me quedan sopas superespesas, hago demasiada comida (menos mal que esto también lo congela), o demasiado poca (que es cuando sacamos algo del congelador)... Generalmente tengo problemas con las cantidades... pero lo que es la comida en si, me queda muuuuuy buena.

En fins... costumbres de los dos... si no fueramos tan cabezotas, probablemente ya habríamos cambiado alguna de ellas.

sábado, 11 de noviembre de 2006

Un día en mi curro

Llego al curro de buen humor y la gente con la que estoy me gusta.

Agata (por poner un ejemplo) es menor, pero trabaja muy bien y tiene mucho sentido del humor (y también va un poco salida... yo la llamo "heidi pornostar"). Así que el turno se plantea bien.

Llega el señor Manuel, viejecillo que viene todos los días, llueva o haga sol, a tomarse una cortado. Ya lo grita desde la puerta para que Agata se lo vaya preparando, así como la llave del lavabo.

Detrás de él, entra el señor "café con leche". Se trata de un hombre de unos 40 años con un retraso considerable. Cuando entra la conversación va más o menos así.

Señor Café con Leche: Café leche....
Yo: Vale... 1,15 €
SCL: Pero tú pones azúcar
Yo: (preparando ya el café con leche) No, yo no pongo azúcar.
SCL: Pues dame guante de látex

Aclaración: un día, a una de las chicas se le ocurrió darle el guante de látex. Se sentó, se tomó el café con leche y comenzó a cascársela en medio del local. Masturbación segura, que diríamos.

Yo: NO, nada de guante de látex
SCL: Pues dame agua con azúcar
Yo: No, no te doy agua con azúcar
SCL: Mírame si tengo fiebre
Yo: No, no tienes fiebre (sin tocarle)
SCL: (se mira el café que le acabo de poner) Pero este café no lo quiero, quiero que me lo haga la que está en cocina!!

Y se da media vuelta y se va. Y tú con ganas de acuchillarle con la cucharilla de plástico del café.

Se oye un grito en el local. Acaban de robar el bolso a una mujer, que se lo quita de las manos al que se lo quitaba mientras el tio, descubierto, se queda un momento que no sabe que hacer.

Ladrón: Eeeeeehhh, que yo no he hecho nada
Señora: Como que no?? Que te llevabas mi bolso!!
Llamo a la policia y salgo corriendo hacia el lugar del crimen...
Ladrón: Me está acusando!! Yo no he hecho nada, lo que pasa es que como soy moro....
Señora: Pero que dices??? Que te he visto meterte el bolso en la mochila!!!!
El tio, al verse acorralado comienza a tirar hacia la puerta.
Señora: Pero adonde vas? Tú te quedas aquí hasta que venga la policia!!
Yo: Si no has hecho nada no tienes que tener miedo. Viene la policia, lo aclarais y ya está.
El tio quiere salir como sea, aunque sea dando empujones o pegando. Y sale.
Señora: (a mi) Pero que haces?? No le dejes que se vaya!!
Yo: Y que hago??? Me pongo delante para que me pegue??

La policia lo atrapa y descubre que en la mochila llevaba 6 monederos más.

Grito en el lavabo.
- Pero que mierda...
Corro hacia el lavabo y sale Agata roja diciendo que el señor Manuel la ha acosado y encerrado contra la pared. Y el tio sale diciendo que lo siente mucho, que no quería hacerlo.

Vuelvo a la cocina... Mierda de cucarachas, que estan en todas partes.

Agata me llama. Hay una señora que pregunta si tenemos una toalla que se dejo esa semana. No, señora, no la tenemos. Pues me la deje aquí, así que o me das la toalla, o me das el dinero o te pongo una hoja de reclamaciones.

Hoja de reclamaciones al canto. Mecagonlalecheyensuputamadre.

Hay un tio en una de las mesas que se niega a pagar. Y yo con la mala leche acumulada, cojo y llamo a la policia por segunda vez en el día. Se que solo son 3 €, pero no me da la gana ponerlos yo. Porque eso es lo que pasará si no paga. Viene la policia, me hace poner una denuncia y me aseguran que pasaran la noche en el calabozo.

Mi mala leche esta en proceso de crearme una ulcera. Limpia que te limpia, bocata arriba, bocata abajo. Se rompe el horno... comienza a pitar de forma extraña. Pero que leches... y yo sin pan. Haz un apaño, desmonta los bocadillos que ya tienes montados, llama corriendo al servicio de urgencia. Dios mioooooo....

Me desespero... llega la chica de la tarde... cojo mi bolso, ni me cambio ni nada y salgo por la puerta corriendo como si me persiguieran... dios mio, dios mio... dame paciencia!!

lunes, 30 de octubre de 2006

Segunda cita

Nuestra segunda cita tardó en llegar. Viviamos en ciudades alejadas y para quedar teníamos que tener el día libre. Él tocaba el bajo en un grupo de música y en aquel momento estaban grabando una maqueta... los fines de semana. Así que tardamos un par de semanas en volver a quedar.

No perdimos el contacto, eso sí. Seguíamos hablando por internet como hasta entonces, pero algo había cambiado en la forma de hablar. Ya no se podía decir que fueramos solo amigos, porque habían insinuaciones más o menos directas por parte de los dos.

Llegó el día de la gran cita, la primera técnicamente hablando porque esta vez sí que era una cita (con todo lo que implica la palabra). Fuimos a Port Aventura, donde descubrí que se mareaba fácilmente cuando me monté dos veces seguidas en el Dragon Khan sola, mientras él se recuperaba del primer viaje sentado. Por si no había quedado claro con eso, estuvo a punto de vomitar en otra atracción más "light", así que definitivamente los parques de atracciones no son lo suyo.

Teníamos el express, por lo que podíamos ir por colas diferentes que son más rápidas. Y aquel día no había demasiada gente con este tipo de entrada, así que muchas veces nos quedabamos solos en un pasillo solitario y se producía un silencio incomodo porque sabíamos que iba a pasar algo en algún momento y ninguno de los dos se atrevía a dar el paso.

Al final, fui yo quien se lanzó. Él iba detras mio, me paré en seco, tropezó conmigo, me giré... y le besé. Y fue todo lo maravillosos que son esos primeros besos (en este momento, las mariposas luchaban por salir de mi estomago agujereandolo porque ya no eran cosquillas sino mordiscos).

El resto del día y de la noche fue todo lo maravilloso que puede ser un día así. No recuerdo el viaje de vuelta en tren, pero tengo la imagen de cuando me dejó en la estación grabada en la memoria. Porque no sabía si le volvería a ver, no sabía si quería meterme en lo que implicaba volver a verle. Pero sabía que el día había sido divertido y fantástico. Y en mi interior, deseaba que se repitiera... mil veces más.

domingo, 29 de octubre de 2006

La primera cita

¡Ñe! Que nervios....

Era 24 de Abril de 2004 (ya hace, ya). Un día después de St Jordi. Había quedado con él en la estación de Sants y, aunque había visto fotos suyas, no tenía ni idea de como sería.

Estaba muy nerviosa, viendo pasar ciudades por la ventanilla del tren, pensando en que haríamos todo el día juntos. Por una parte me apetecía mucho conocerle, pero por la otra... ¿Y si no congeníabamos? ¿Y si nos aburríamos? ¿Y si era un psicopata? Por si acaso, ya había hecho mis planes posteriores y buscado mis excusas. Y no nos moveriamos de ningún sitio público y concurrido, así que si era un psicopata... por lo menos tendria testigos.

Le reconocí en seguida. Llevaba una sudadera de la University of California Davis, UCD, que le hacía parecer recién sacado del centro derecha español. Y era la prenda característica por la que me había explicado que le reconocería.

- Pues no es tan cantona como me habías dicho por teléfono - le dije por la espalda, referiendome a la sudadera.

Dos besos, "por fin nos conocemos, ya era hora", "no es culpa mia, es de mi pelo que no quería crecer" y camino a Barcelona.

En la primera parada, nos tomamos algo en Plaça Reial, plazita paralela a las Ramblas. En medio de la conversación sacó un libro. "La sombra del Viento", muy recomendable, y con dedicatoria.

Hablaba sobre nuevas personas, nuevos mundos, nuevos sueños... Hablaba sobre esperanzas, amistades y de alguna manera dejaba en el aire un algo más que hasta ese momento solo se había insinuado. Me sonrojé, me asusté por la profundidad de la dedicatoria y me disculpé por no tener yo también un libro que darle.

La conversación era fluida y quien más hablaba era yo. Cuando estoy muy nerviosa me da por hablar, y a medida que me relajo dejo el parloteo sinsentido. Me gustan los silencios. Pero ese día, hablaba y hablaba, me reía, gastaba bromas, quería ir a todos sitios y pasear todo el rato. Fue muy bonito y no pasó nada. Ni un beso, ni una insinuación, nada de acercamientos.

Solo al final de la tarde, sin que viniera a cuento, me dió un abrazo que me hizo sentir de nuevo como leyendo la dedicatoria del libro, con esas mariposillas en la barriga que creí que no volvería a sentir nunca.

Y pensé:

"Quizás esto sea el principio de algo bonito"

viernes, 27 de octubre de 2006

Buena pareja

La otra noche, mientras estábamos en la cama leyendo, comenzamos a jugar. Que si cosquillas, que si pellizcos... cuando parecía que se había calmado, le intenté quitar el punto de libro para perder la página. Él lo puso fuera de mi alcance, yo me abalancé sobre él.... y la cama cedió porque estábamos haciendo el tonto. 5 tablas salidas de sitio.

Lo normal cuando comenzamos a jugar de esta manera es que rompamos algo o nos hagamos daño. No hay preferencia a este respecto. De esta manera nos hemos cargado más de una vez la cama, se rompieron unas bolas de cerámica, me dió un codazo en la nariz que casi me la rompe o yo le he hecho más de un moratón.

¡Es que somos muy burros! Cuando estuvimos en Roma, llovió, abrimos los paraguas... y casi me saca un ojo. Estoy en el trabajo, cierro la puerta de la cámara frigorífica.... y se me olvida de salir de en medio. Moratón en la cadera. El mismo día, Marc se olvidó de salir de la trayectoria de la puerta del coche: moratón en el brazo. Me corto, me tropiezo, me caigo, aterrizo en el codo y me sale un huevo (en el codo por el golpe, nada testicular ni de cambio de sexo).

Y Marc se rie. Dice que somos iguales. Igual de torpes. Claro que torpes de forma diferente. Yo causo desastres porque voy corriendo a todos los sitios, intento hacer las cosas rápido. ¡Pongo la mesa en un solo viaje! Los vasos en los meñiques, en la palma extendida los platos, bajo el brazo el agua, los cubiertos en la mano libre, el pan en la misma mano... Siempre llegan sanos y salvos. Otra cosa es que en el camino me tropiece con el centro de mesa y se caiga el suelo. Pero lo de la mesa, ¡llega intacto!

Marc, en cambio, hace las cosas al detalle, concienzudamente. Lo que no impide que cause desastres también. Porque comienza una cosa de una manera y se encabezona en que es la correcta. Así que aunque este volviendose loco porque las cosas no salen... pues se obstina y se tira tres horas (o hasta que le comento otra forma de hacerlo, al principio se cabrea "lostoyhaciendoyocoñoya" y después o lo logra a su manera o lo consigue a la mía).

Le he cogido un nuevo significado al hecho de que nos digan que hacemos buena pareja. Nos reimos de los mismos chistes malos y somos igual de torpes. ¿Se habrá dado cuenta la gente? ¿Por eso nos dice que somos una pareja muy buena?

Así que somos iguales. Me imagino con perilla, midiendo 1,85 y siendo un cabezota (adorable, sí, pero cabezota). Además de los cambios, ahora sí, testiculares y de cambio de sexo. Quizás la parte más interesante del asunto :)

lunes, 23 de octubre de 2006

Conversación idiota

- Joer, Eva, no grites por la calle, que nos miran...
- Eeeeeeehhhh, que tú ya sabias como era cuando me compraste, ahora ajo y agua....
Silencio extralargoooooooo...
- Es que las instrucciones venían en chino.........



Hay que joderse.....

De boda en boda y me caso porque voy borracha

Hace un mes fuimos a la boda de un amigo de Marc. El amigo en cuestión, hacía como tres años que no lo veía porque fue conocer a la novia y salir del grupo de amigos. Algo que, personalmente, me cuesta entender.

Yo no quería ir. Me parecía un coñazo, no quería comprarme ropa de gala, no quería llevar zapatos superincomodos, no quería estar en una iglesia aguantando el discursito de un cura y no veía normal estar en la boda de alguien a quien no conocía.

Pero al final fuí. Y no fue tan terrible, porque hasta ahora solo había ido a bodas de familiares, donde tu tía cincuentona vigila y cuenta las copas de cava que puedas llevar. He descubierto que las mejores bodas son las de los amigos, donde el vino corre que da miedo y puedes reirte del vestido de la madre de la novia... porque no la verás nunca más.

Cuando llegamos al final de la comida (todo gambas, marisco, pescadito... que buenooooooo) el nivel alcoholico de la mesa se contaba por botella y media de vino por cabeza. Así que habímos llegado a un punto en que todo nos parecía gracioso. Y en un momento en que nos quedamos solos Marc y yo, comenzamos a hablar. Si nos casamos algún día, nuestra boda no será así. Nada de trescientos invitados, nada de vender la liga de la novia y desnudar al novio en el lavabo.

Así que decidimos que si era tan fácil, pues que nos casabamos.

Se lo dijimos todos los amigos que estaban por ahí que nos felicitaron con una sonrisilla en los labios. Y es que, cuando al día siguiente nos vieron, resacosos, con la boca pastosa y gafas de sol, nos lo volvieron a preguntar...

viernes, 20 de octubre de 2006

El día que todo cambió

Hoy es el día del cáncer de mama. Y se me ha ocurrido contaros algo que no sabéis, más que nada porque ya no le echo mucha cuenta. Y es que yo tuve uno hace un par de añitos.

El mío fue de los fáciles, de buena curación. Tanto es así que mi médico que dice siempre que no lo llame cáncer, sino enfermedad de Hodkin. Pero recibí quimio y radioterapia, así que sufrí los inconvenientes de tener uno.

Cuando tenía 20 años cogí una depresión. O al menos, eso me dijeron que era. Hacía unos meses lo había dejado con mi primer novio serio, con el que estuve 3 años. Pero, personalmente, para mí fue un alivio y es que al final se trataba de ver quien le hacía más daño al otro(y siempre perdía yo).

Así que cuando decía que no me encontraba bien pero que no era por haber roto con mi novio, la gente me miraba como si no quisiera aceptarlo. Existe un principio en psicología: un paciente nunca viene por el motivo que dice que viene. El motivo real es más difícil de aceptar. Y, en el caso remoto de que el motivo real sea el que te dijo al principio, tenemos soluciones para todo: se trata de un caso raro de excelente introspección. No voy a decir mi opinión al respecto porque me parece que sería echar piedras a mi futura profesión… pero ya os la podéis imaginar.

La cuestión es que durante un año estuve en tratamiento psicológico. Una vez a la semana iba a un consultorio donde siempre llegábamos a la conclusión que la culpa de todo la tenía mi madre. Lo siento, mamá, fue una época muy difícil para las dos.

Deje el psicólogo, porque no podía permitírmelo y cada vez estaba peor. Y me dedique a vivir lo mejor que sabía. Ningún trabajo me duraba mas de unos meses (eso siendo muy optimista, lo normal eran pocas semanas). Cada vez estaba de peor humor. Estaba muy flojita, solo tenía ánimos para salir con mis amigos, aunque ya desde la primera hora tuviera que sentarme porque apenas me aguantaba. Y, lo peor de todo, lo que me acompañó durante tres años, fue un picor convulsivo por todo el cuerpo. Me rascaba sin darme cuenta, durmiendo, me hacía sangre, que quedaba sin cejas de rascarme y frotarme la cara. Mis sábanas se cambiaban cada día porque siempre amanecían como si tuvieran el sarampión.

Pasaron tres años enteritos. Diferentes médicos me dijeron que era una persona autodestructiva, que tenia la piel atópica (especialmente sensible). Cuando me adelgacé 30 kilos en dos meses, llegaron a la conclusión de que estaba malnutrida, anoréxica o bulímica. Cuando comencé a toser como si fumara desde los tres años, que algo me debía meter. Cuando llegué a un punto en que tenia que dormir sentada porque me ahogaba tumbada, que lo mío era ansiedad. Pase por muchos médicos, muchos días en urgencias, cada vez menos hambre, cada vez más cansada…

Llegué a un punto en que tardaba 15 minutos para vestirme. En que levantarme de la cama era una hazaña. Me quedaba dormida en clase, tenía unas ojeras impresionantes… Y una semana comencé a vomitar a diario. Fui tres días seguidos a urgencias, leían mi historial y llegaban a la conclusión que todos. Depresión, autodestructiva, problemática. El tercer día, mi madre me amenazó con llamar a una ambulancia si no iba voluntariamente al hospital.

Tuve suerte. Di con un médico que tenía un buen día. Escuchó la tos y me hizo una radiografía.

Tenía un linfoma de Hodkin, habitual entre la gente joven y de fácil curación. El mío afectaba a los ganglios que hay entre los pulmones y había alcanzado el tamaño de una cabeza de bebe. Me oprimía los pulmones, los bronquios. Se me había extendido a los que tenemos en la clavícula.

Cuando tardan tanto tiempo en detectar un cáncer tienes que plantearte seriamente si no será demasiado tarde. ¿Y si se ha extendido? La metástasis es una posibilidad a tener muy en cuenta. Y, aunque se puede curar, implica cosas más serias como leucemias.

No fue el caso. Tenía “solo” un linfoma de Hodkin, así que con 6 meses de quimioterapia y 1 mes de radioterapia estaba limpia. Calva, cansada, con fobia a las agujas, con muchos menos amigos… pero limpia.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Durante la enfermedad conocí a Marc por Internet. Me habían puesto Internet porque siempre estaba en casa, para que estuviera entretenida. Durante dos años fuimos amigos, nos contábamos las cosas, nos reíamos juntos… Y, cuando ya estuve bien (y volvía a tener pelo), y él volvió de EUA, donde estuvo por el doctorado, quedamos. Nos gustamos. Y de ahí, hasta hoy, es historia.

Y es que de todo lo malo tienes que sacar algo positivo. Y Marc es lo más positivo de esta historia…

viernes, 13 de octubre de 2006

Los vecinos

Los vecinos… Que maravillosa palabra esa. En teoría los ves más que a tu familia, incluso te pones más cerca de ellos de lo que te pondrías con otras personas (puñetero ascensor y el espacio personal….).

Hemos tenido la suerte de tener vecinos de esos con los que no te aburres. No hay ningún yonki ni nada de eso, no. Pero tenemos especialidad en vecinos chillones.

La pareja de al lado tienen un problema serio con sus respectivas madres, porque no paran de gritarse que ya no pueden más, que tu madre es insoportable y, a ver, que le he hecho yo a ella (el eterno problema de las suegras)

Arriba tenemos un piso de alquiler. Antes de los actuales inquilinos teníamos un chico soltero que cada noche nos deleitaba con los gritos de una chica diferente. Por lo menos éste no era de mal rollo, pero a las cinco de la mañana… Pues como que jode. Y subí con mi pijama de pollito a decirle que no eran horas para estar pegando esos gritos, que probaran el maravilloso y perverso mundo de la mordaza (o, en su defecto, el calcetín en la boca…). Cuando no gritaban sus amantes, tenía Gran Hermano a toda pastilla. Me enteraba de las nominaciones, expulsados y de los agudos comentarios de la Milà sin encender la tele.

Después de este chico llegó la familia gritona. Una madre separada y sus dos hijos de 15 y 8 años. Entendemos perfectamente que se pongan a jugar a las canicas, porque son crios y eso es lo que hacen. También entendemos que pongan la consola a toda pastilla (aunque ya podrían variar de vez en cuando de juego). Lo que ya no se entiende es que nos tiren pieles de plátano sobre la ropa tendida. Y que cuando vayas a devolvérsela amablemente, veas como te miran por la mirilla y después te habrá el enano de 8 años (midiendo un metro, como cojones ha llegado a la mirilla) que convenientemente aleccionado por mama nos dice que esta solo y que su mama llegará tarde. Y cuando ya estas abajo la escuchas chillando. Como siempre, porque es eso lo que hace. “QUE HACE ESA CINTA DE VIDEO AHÍ???? ESE NO ES SU SITIO!!!!!” “NO QUIERO QUE LLEGUES TARDEEEEEE, QUE TIENES QUE CUIDAR A TU HERMANOOOOO” “HAS LLEGADO TARDE, PUES ESTARAS CASTIGADO DURANTE UN MES” (después de esto último, nos encontramos al hermano abroncado en el ascensor… de castigo nada, que se iba con los amigos).

Ahora, creo que nosotros también somos vecinos en el mal sentido de la palabra… Este verano vino mi cuñada a comer, le sentaron mal los macarrones y vomitó por la ventana sobre el aire acondicionado de la vecina de abajo. Acojonante. Y lo peor no fue eso, que dentro de lo que cabe pasa en las mejores familias. Lo peor fue mi hermano gritando por la ventana “Tráeme un cubo!!!!! Que si no esta le echamos agua y ya esta!!!!!” La escena tendría guasa, porque sí que estaban y con las ventanas abiertas. Marc y yo fuimos abajo con el cubo y unas bayetas, llamamos y con la mejor cara de niños buenos que pudimos le explicamos lo que había pasado y que veníamos a limpiarlo. Respuesta de la vecina: “No os preocupéis, ya lo limpio yo… Lo malo es que hubierais echado el cubo de agua”. Buuuuuuffffffff.

Vecinos… Cuando sea mayor, quiero vivir en una casa en medio del campo…

martes, 10 de octubre de 2006

Cambio de curro

Bueno, hace ya meses que no escribo…. Lo siento, soy así de despistada para estas cosas.

Algo que he cambiado en estos meses es el curro. Para los que no lo sepan estaba currando en un McDonalds, a espera de acabar la carrera. Pero como soy una idealista… Pues creí que se podían cambiar las cosas. Vamos que si mi jefe tenía una casa con un cine en el sótano y varios coches más caros que un piso del proletariado… es que se podía permitir un ligero aumento de sueldo. Y es que cobrábamos 4,5 €, pagas incluidas. Llamadme ilusa… pero realmente creí que si nos podía invitar a todos por navidad a cenar a un hotel de cinco estrellas, sortear premios, viajes… vamos que por llegas a los 5 € netos a la hora no se iba a morir.

Así que comencé la revolución. Reuní a los más antiguos en una cena donde intentamos ser realistas en las propuestas. Un aumento de sueldo, sí, pero sabiendo que si pedíamos el cielo nos quedábamos sin nada. También queríamos que se nos dieran más horas (porque cobras según las horas que trabajas) y así tener un aumento de sueldo currando más. En fin, nada muy disparatado.

¿A que adivináis la siguiente escena? Yo sentada delante del hijo del jefe diciéndome que había escuchado que no estaba satisfecha con el curro y que me trasladaba a otro restaurante al día siguiente. Bueno, la verdad es que yo ya estaba prevenida e informada así que, alegando que era un “cambio sustancial de las condiciones de trabajo” y que me tendría que haber avisado con un mes de antelación, pude retrasar el traslado. Pero ya estaba hecho.

Comencé a buscarme un curro nuevo. No veía futuro en un sitio donde ya sabían que me movía por sindicatos y en el momento que encontré algo di los quince días. Primer error grave: se los di de palabra a la gerente, que no me hizo firmar nada ni me dio nada firmado. Cuando ya quedaban 3 días para que se me cumplieran, el ceporro del hijo del jefe me dijo que a quien le había dado yo los quince días. A nadie… Y ante la demanda de los 20 días por año de trabajo (a los que tenéis derecho si os vais por un “cambio sustancial” de estos) me respondió que quien me había dicho a mí que me iban a trasladar. Vamos, que con el culo al aire en un momento.

Vuelvo al sindicato, le explico a la chica que ya estaba harta de verme lo que me pasa y le pregunto si pasa algo porque no les de los quince días. “No pasa nada. Tu sueldo no te lo pueden tocar porque ya te dan las pagas extras cada mes, así que no tienes finiquito…” Así que visto lo visto, le firmo el papelito con la fecha que el quería, no aviso de que voy a faltar y les dejo con el fin de semana plantado. Por cabrones.

No me pagaron Junio. Resulta que no me podían tocar el sueldo en teoría… pero igualmente yo les debía dinero por haberme ido sin dar los 15 días. Y entre pitos y flautas, no solo no me pagaron Junio sino que encima les debía 10 € que me perdonaron magnanimamente… ¿¿A que es para cagarse??

Comienzo a trabajar en el otro sitio: Bocatta. (Sí, ya lo se… solo me queda Pans& Company y el Burguer King…) A los dos meses me hacen encargada, cobro bastante más y además tengo pagas extra. Se trabaja bastante menos. Desde luego, también tiene sus cosas malas. Malísimas. Que ya os explicare otro día. Pero en definitiva el cambio ha sido para mucho mejor y después de las últimas semanas en el otro lado, se agradece poder estar más relajada…

jueves, 25 de mayo de 2006

House y Spike

La casa estaba muy vacia sin el ruido de la rueda a las cuatro de la mañana... Porque, para el que no lo sepa, los hamsters son nocturnos, solo salen por la noche, durante el día no los busques que están como yo una mañana de domingo cuando tenia 20 añitos (joer, que vieja toy ya....)

Total que nos fuimos a varias tiendas de animales:

En la primera nos intentaron vender un hamster que si hubiera sido humano hubiera tenido canas, bastón y problemas de incontinencia.

En la segunda, lo único parecido a un hamster era un bicharraco enorme que casi deja sin dedo a Marc.

Y llegamos a la tercera. Hamsters monísimos, pequeñitos y muy activos. Perfectos, vamos. Ya llevabamos pensado comprar un par y nos decidimos por dos machos porque las hembras son superagresivas (y no me lo invento, que conste). Así que el tio coge a dos al azar les un segundo y los mete en una caja.

Marc-. Pero, ¿son machos?
Vendedor con cigarrillo colgando-. Claro, claro...
M-. ¿Como lo sabe?
VCCC-. Pues porque tienen pito!!!!

Aceptando la versión del vendedor, nos llevamos a Spike y House (sí, soy tela pero tela de frikie, que pasa) y los instalamos en su nueva casa.

Todo fantástico, tiran más de la mitad de la comida fuera de la jaula, muerden absolutamente todo, chillan, corren en la rueda a las tres de la mañana... Fantástico vamos.

Hasta que un día descubrimos que se dan por culo. Tal y como suena. Uno en concreto le da por culo al otro. Y el astuto lector, pensara como nosotros "es que os colaron una parejitaaaaaa...". Pos no.

Fuimos al veterinario y después de tocarles y encontrar los huevecillos (porque a simple vista es imposible saberlo) nos aclaro que lo hacen por dominancia. Algo así como "te estoy dando polculo pa que sepas quien manda aqui. Y la rueda es mia, ni tacerques que te la meto sin vaselina"

En fin, que aliviados porque no vamos a ser abuelos seguimos adelante con unos hamsters gays. Quien diga que el ser gay es contranatura, nunca ha tenido animales....

lunes, 27 de marzo de 2006

El diario

Marc y yo escribimos un diario desde que comenzamos a vivir juntos. Fue un regalo que le hice cuando la crisis económica que suponia irnos a vivir juntos no nos permitia gastarnos mucho dinero en chorradas. Así que cogí mis diarios y me puse a escribir todo lo que había pensado de él desde que nos conocimos.

Mis amigas me dijeron que era un regalo demasiado personal. Y cuando él lo recibió puso cara de responsabilidad. Se ve que leyó una página al azar, no le gustó lo que decía y no se atrevió a abrirlo hasta casi un mes después. Visto en la distancia, quizás si que fue un regalo demasiado personal, pero en el momento me pareció una buena idea. ¿ Nunca os habeis preguntado que es lo que pensaba esa persona la primera vez que os visteis? Pues lo que yo le regalaba era precisamente eso, los pensamientos de los primeros meses en que todo se ve de color de rosa.

Cuando ya nos fuimos a vivir juntos, el diario se convirtió en diario conjunto. Apuntamos todo lo que nos parece importante: cuando fuimos a hacernos pareja de hecho, cuando nos peleamos por una tonteria y tuvimos un crisis, los días que él paso fuera porque estaba de congreso... También lo que no es tan importante, como que descubrimos IKEA y nos hemos hecho fans. O que en el roscón de reyes le tocó el rey. Fotos, poemas chorras hechos con el OneNote, lacitos de los paquetes de regalo, dibujillos varios de los tres habitantes de la casa (Marc, yo y Umma -nuestro hamster-)...

Creo que es uno de los detalles más bonitos que tiene nuestra relación. Es como dejar constancia de lo que dices para que cuando el otro te eché de menos solo tenga que abrir el libro y saber que estes donde estes, te acuerdas de él.

jueves, 26 de enero de 2006

Pequeñas crisis cotidianas

Estoy en el comedor cortando el pan para tostarlo. Cuando me voy a la cocina a ponerlo en la tostadora, me doy cuenta que en el hule he dejado marca por donde he pasado. Mierdaaaaa…… Se me escapa en voz alta y él, que está en la cocina, llega corriendo a ver que es lo que pasa. Ve el destrozo. Comienzan los gritos sobre lo irresponsable que soy, que mejor estaría sentadita que estorbándole, que solo yo soy capaz de hacer estas cosas… Y me enfado, porque una cosa es que tenga razón y otra que me lo tenga que decir con esas formas. Y además, que son unas rayitas de mierda que ni se ven. Y claro, cuando se le pasa el enfado y yo sigo enfadada viene pidiendo perdón, pero los gritos ya están ahí. Cuando a veces le digo que es un gruñón se queda pensativo y comienza a sentirse culpable, pero siempre vuelve a hacerlo aunque prometa no volver a ello. Y, una de dos: o paso de él cuando se pone así (con lo cual se enfada aún más) o intento evitar conflictos para que no hayan problemas (con lo que terminaría loca en un par de meses).

A veces no se como hacerle entender que no es mi padre, que no tiene que reñirme, que tengo 25 años y ya soy mayorcita.

Y otras veces pienso que solo debería gritarle “YA TE COMPRO OTRO HULE DE MIERDA, PERO CALLATE LA BOCA”.

A veces me doy cuenta de lo muy diferentes que somos y de lo difícil que es mantener un equilibrio. Pero le quiero y él me quiere a mí. Aunque seamos diferentes en casi todo.

Él es un preocupón de cuidado y yo soy un poco pasota. Para él es todo un drama que el hule se haya roto porque se me fue el cuchillo cortando el pan. Y yo lo único que veo son unas rayitas sin importancia. Si no encuentra el móvil inmediatamente se piensa que se lo han robado y no me deja que llame para encontrarlo “no vaya a ser que todavía no lo hayan encontrado y les ayudes a localizarlo”. Si yo no encuentro el móvil, pienso que me lo debo haber dejado en casa. Él tiene que medir exactamente las cantidades al cocinar y yo cocino a ojo. Él es un estresado y yo una irresponsable.

De hecho, creo que si encontráramos un punto medio entre su neuroticismo y mi inconsciencia sería la perfección. Lo suficientemente responsables como para poder cumplir con todo, lo suficientemente inconscientes para poder dormir a pierna suelta por las noches. Y ahora estará pensando el ingenuo de turno que nos complementamos y conseguimos este equilibrio entre los dos. ¡Mentira cochina! Lo único que conseguimos en este aspecto es tener discusiones sobre hules rotos, móviles perdidos y métodos de cocina. ¡Que difícil es la convivencia!