martes, 10 de octubre de 2006

Cambio de curro

Bueno, hace ya meses que no escribo…. Lo siento, soy así de despistada para estas cosas.

Algo que he cambiado en estos meses es el curro. Para los que no lo sepan estaba currando en un McDonalds, a espera de acabar la carrera. Pero como soy una idealista… Pues creí que se podían cambiar las cosas. Vamos que si mi jefe tenía una casa con un cine en el sótano y varios coches más caros que un piso del proletariado… es que se podía permitir un ligero aumento de sueldo. Y es que cobrábamos 4,5 €, pagas incluidas. Llamadme ilusa… pero realmente creí que si nos podía invitar a todos por navidad a cenar a un hotel de cinco estrellas, sortear premios, viajes… vamos que por llegas a los 5 € netos a la hora no se iba a morir.

Así que comencé la revolución. Reuní a los más antiguos en una cena donde intentamos ser realistas en las propuestas. Un aumento de sueldo, sí, pero sabiendo que si pedíamos el cielo nos quedábamos sin nada. También queríamos que se nos dieran más horas (porque cobras según las horas que trabajas) y así tener un aumento de sueldo currando más. En fin, nada muy disparatado.

¿A que adivináis la siguiente escena? Yo sentada delante del hijo del jefe diciéndome que había escuchado que no estaba satisfecha con el curro y que me trasladaba a otro restaurante al día siguiente. Bueno, la verdad es que yo ya estaba prevenida e informada así que, alegando que era un “cambio sustancial de las condiciones de trabajo” y que me tendría que haber avisado con un mes de antelación, pude retrasar el traslado. Pero ya estaba hecho.

Comencé a buscarme un curro nuevo. No veía futuro en un sitio donde ya sabían que me movía por sindicatos y en el momento que encontré algo di los quince días. Primer error grave: se los di de palabra a la gerente, que no me hizo firmar nada ni me dio nada firmado. Cuando ya quedaban 3 días para que se me cumplieran, el ceporro del hijo del jefe me dijo que a quien le había dado yo los quince días. A nadie… Y ante la demanda de los 20 días por año de trabajo (a los que tenéis derecho si os vais por un “cambio sustancial” de estos) me respondió que quien me había dicho a mí que me iban a trasladar. Vamos, que con el culo al aire en un momento.

Vuelvo al sindicato, le explico a la chica que ya estaba harta de verme lo que me pasa y le pregunto si pasa algo porque no les de los quince días. “No pasa nada. Tu sueldo no te lo pueden tocar porque ya te dan las pagas extras cada mes, así que no tienes finiquito…” Así que visto lo visto, le firmo el papelito con la fecha que el quería, no aviso de que voy a faltar y les dejo con el fin de semana plantado. Por cabrones.

No me pagaron Junio. Resulta que no me podían tocar el sueldo en teoría… pero igualmente yo les debía dinero por haberme ido sin dar los 15 días. Y entre pitos y flautas, no solo no me pagaron Junio sino que encima les debía 10 € que me perdonaron magnanimamente… ¿¿A que es para cagarse??

Comienzo a trabajar en el otro sitio: Bocatta. (Sí, ya lo se… solo me queda Pans& Company y el Burguer King…) A los dos meses me hacen encargada, cobro bastante más y además tengo pagas extra. Se trabaja bastante menos. Desde luego, también tiene sus cosas malas. Malísimas. Que ya os explicare otro día. Pero en definitiva el cambio ha sido para mucho mejor y después de las últimas semanas en el otro lado, se agradece poder estar más relajada…

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