Ale... ahora nos compramos un coche.
Desde que Marc está en su nuevo curro (no tan nuevo, que lleva ya un añito) conduce el coche de su madre. Antes, a su anterior curro, podía llegar en bus pero ahora necesita el coche. Su madre le dejo el suyo porque no lo utiliza habitualmente, así que en principio lo teniamos todo solucionado.
Error.
No se debe olvidar que para una madre siempre seras aquel retoño travieso que le rompió su jarrón favorito jugando al fútbol dentro de casa. ¿Qué importa que hayan pasado 24 años desde aquello y hayas crecido metro y medio? Así que cada día tiene que subir las llaves del coche, los papeles, la radio... para que su madre pueda hacer inspección a fondo en cuanto cruce la puerta. ¿Que le has hecho una rascada? No te echa bronca directa: te recuerda que el coche es suyo, que te lo deja, que pobrecita de ella que se quedó sola cuando Marc se fue, que ya no puede disponer del coche para nada aunque antes lo tuviera en el parking encerrado, pues lo tenía y ya está, que ella no tuvo ningún toque nunca (lo que es un milagro, porque conduce muuuuuuuy mal...) y, por último, hace amago de pagarlo porque según ella Marc no gana lo suficiente. Y claro, Marc se enciende y le dice que la rascada la ha hecho él y que él la pagará, que es un hijo pésimo, que cuanto lo siento mamá que soy un desastre...
El coche, como podeis entender, era una necesidad, porque deberle tu alma al diablo es un coñazo. Y si llega tarde porque se entretiene en el trabajo, lo llama. Y si no pasa por su casa, lo llama. Y aprovecha que pasa por su casa para hacerle la comida "que desde que vives solo comes muchas porquerias" (y al tupper se le sale el aceite de la fritanga o el superpotaje). Total, control, control, control.
Así que nos hemos ido a visitar concesionarios. Y como estaban en las afueras, necesitábamos el coche... ¿A qué no adivinais quien iba de copiloto? Pues su madre. Dispuesta a hacer suyas todas la visitas. Que preguntábamos el precio de un coche... "Sí, ya, eso después.... pero si yo quisiera un coche para mi... porque es que resulta que fulanita, la hija del doctor mengano, el que me trato el reuma... que pobre también, ahora el que tiene reuma es él y su mujer que lo cuida mucho pues ha contratado a xxxx para que lo cuide las tardes que ella no puede porque va a catequesis y a misa... pues fulanita, como te decía, vino y le dijeron que podía cogerse el coche tal...".
Nos preguntan como pensamos pagar el coche. Responde Marc "Pues dariamos xxxx€ en efectivo y el resto lo financiariamos" Y su madre "No, no, no... que yo te dejo todo el dinero y lo pagas en efectivo y así para pagarle al banco pues me pagas a mi". Y Marc "Mamá, ya lo hablaremos después" Y ella "Ya, ya, ya... pero te lo dejo y así no le tienes que pagar al banco" Y Marc "Mamá, que después lo hablamos" Y ella "Bueno, pero que yo solo decía...." Yo con la manos en la cara intentando relajarme para que no me salga una ulcera y el vendedor flipando en colores.
Salimos del primer concesionario... "Mamá, no quiero que vuelvas a decir nada. Si yo digo que algo es así, pues así y tú no tienes que contradecirme delante de nadie. Una vez fuera me dices lo que quieras"
Los siguientes concesionarios tuvimos a una suegra ofendida, que no abría la boca para nada y resoplaba de vez en cuando para que no nos olvidaramos que estaba enfadada. La situación... pues mejoró sustancialmente :)
Llegamos al último concesionario. Como queda un cuarto de hora para que cierren, nos dicen de muy malos modos que podemos mirar el coche pero que hacer números mejor lo dejamos para otro día . Marc sale muy encendido y una vez fuera comienza a decir que va a llamar al gerente. Y la madre por detrás "Eso, eso... que te han tratado muy mal... eso, eso... entra, entra que se lo merece..." Metiendo baza, que si su hijo no estaba lo suficientemente enfadado... pues ahora está que muerde las aceras.
Reconozco que probablemente a mi me saca de quicio. Que ya la más pequeña cosa me hace saltar. Y también que me saldrá una ulcera si sigo así porque no debe ser bueno contenerse tanto... antes de soltarle tres frescas. Que ya se las he soltado alguna vez y quizas por eso la relación es más difícil todavia. Tendría que aprender de mi cuñada, que cuando está con ella, desenfoca la vista y que se las den todas en el mismo lado...
jueves, 23 de noviembre de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario