Este Miercoles tuve que ir al ginecologo. Os ahorraré las partes más escatológicas del tema. Solo que cuando estaba en la camilla esperando, ya solo con la bata y con el culillo lo más incomodo posible... llaman a la doctora por teléfono y se va a contestarlo. Y me deja allí, con las piernas en alto, el culo incomodo y la enfermera vigilando que no me mueva.
"Hola, hola... como estas?.... Bueno, y ella como está?.... A ver, mujer, eso es una gastroenteritis, como va a ser un aborto... Porque os habeis puesto malos niños, abuelos, el marido y ella a la vez. Que debisteis comer algo en mal estado... No, mujer... lavativas, no... dejala que ella misma se vaya limpiando, no la fuerces.... Vale, vale, me llamas mañana a ver como está..."
Y vuelve a la faena. Comenta a la enfermera como si yo no estuviera allí: "Esto en mi época no pasaba, porque nos obligaban a acabarnos todo, no dejábamos nada en el plato y así no había sobras que se pusieran malas."
Pensamiento inmediato mio: "Dios, cuantas sobras, que pueden alimentar a una familia entera!!"
jueves, 30 de noviembre de 2006
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