Duermo placidamente soñando con Kyle XY (y vuelve a salir mi vena megafriki). Golpe y me despierto. La luz del cuarto encendida, la tabla de planchar puesta, las tiritas y las tijeras encima de la cama... Y Marc echa un disimulado vistazo a ver si finalmente me he despertado (lo que quiere decir que lleva rato haciendo ruido para "accidentalmente·" despertarme)
Cuando le echo un vistazo al reloj veo que son las 6 de la mañana. "Cagontó..." De todas formas, aprovecho, me levanto y voy a hacer la visita mañanera al lavabo. Mientras, Marc sigue haciendo ruido en el comedor. Un botón rebelde se le ha caido de sus pantalones de vestir y se esta volviendo loco para enebrar una aguja que tiene el ojo demasiado estrecho para el hilo que quiere poner.
"Deja...." y hago el gesto de cogerle la aguja y coserle yo el botón, como una novia atenta y maravillosa (y no como se merecía él, una novia de mala leche porque le han despertado a las 6 cuando todavia podía dormir hasta las 9)
"¡No! ¿Qué te crees, que es el primer botón que coso? La culpa es de esta aguja que no me gusta..." y de muy malos modos escoge otra aguja que enebra más fácilmente.... porque tiene el ojo supergrande.
"¡Deja eso que te vas a cargar el pantalón!"
Finalmente le quito el pantalón, enebro una aguja y le coso el botón. Se lo devuelvo de malos modos y me voy a dormir con la vaga sensación que él sabía que esto iba a acabar así desde el primer golpe o cuando encendió la luz.
¿Soy la única que cree que aunque los tios no son capaces de pedir ayuda tienen mecanismos para exigirla? (y encima hacerte sentir mal por hacerlo)
jueves, 20 de septiembre de 2007
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