Aina. Así se llama mi sobrinilla, que estoy deseando que salga ya de una puñetera vez. Le he propuesto a Marc ir a ver a Annabel y apretarle un poco, quizás sale la niña disparada... Inexplicablemente no me dejan, jops.
Cuando hablabamos de Aina, Marc siempre acababa con los ojos humedos de la emoción y comentaba lo mucho que le iba a gustar malcriarla. También comentaba algo de que mataría a cualquier chico que se acercara a menos de dos metros de ella. Va a ser que todos los hombres son iguales en este tema: aunque se morían por meterse en las bragas de todo bicho viviente... pobre del que intente hacer lo mismo con la hija/sobrina/hermana.
Pues eso... que me desvio... Marc lloriqueaba un poco cuando hablábamos de la sobrinísima. Así que cuando, en la comida familiar que hicimos este Domingo en casa de su madre, le pusieron un sobre en el plato en el que le informaban que sería el padrino... esperaba que se deshidratara o algo así. Pero no, se mantuvo muy tranquilo en ese aspecto aunque comenzó a correr como un loco por el comedor (y después me dijo que era porque si paraba no sabía si podría aguantarse).
Lo que menos me esperaba es que fuera yo quien llorara. Y es que soy algo así como la fuerte de la pareja, la que nunca llora, la que no se pone nerviosa (menos en el tema de la boda, que hemos cambiado papeles). Así que cuando comencé a lloriquear de la emoción tomé una decisión...
Jejejeje, que nerviossssss
Que Aina salga yaaaaa, que nos morimos de ganas de verle la caritaaaaaaaa
PD: Jordi, quan abracis a l'Annabel....FES-HO BEN FORT!!!!
miércoles, 26 de septiembre de 2007
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