martes, 29 de abril de 2008

Volvemos al antiacido

Estoy estresada. La cuarta práctica fue genial, por carretera, ya cambiaba las marchas sin pasar de segunda a quinta, iba relajada y sin tensiones.

Poco duró el optimismo.

Porque ya me han metido en poblado. Y me pusieron a hacer todos los cedas y stops de Tarragona. Mira a la izquierda, mira a la derecha, haz un stop, haz un segundo stop, no se ve nada de nada, los coches en doble fila, las calles superestrechas, gira el volante a tope, subete a la acera... Odio los cedas y los stops. Y odio conducir, el embrague, el acelerador...

Lo de odio conducir no lo digo en voz alta, solo me atrevo a escribirlo. Por aquello de no llamar a los malos espiritus y que no sea capaz de sacarme el carné lo antes posible. Así que ante el profesor soy una apasionada de la conducción. Todo el cuerpo en tensión, la sonrisa congelada y murmurando entre dientes "Como me gusta esto de conducir". Lo curioso es que de momento ha colado, el hombre no debe ser un experto en lenguaje corporal.

Y por otro lado, Marc se enfada cuando le cuento esto. Me recuerda que a él le costó treinta y pico prácticas sacarselo a la segunda y rabia cuando le cuento lo que me cuesta hacer los stops "¿Que te crees, que nacemos enseñados o que?".

En finnnnnnn.... la pata de Marc bien, ya le han quitado el yeso y este Viernes vamos a hacer una revisión con radiografia incluida. A lo mejor le dicen que ya puede comenzar a apoyar el pie, quien sabe. Lo malo de eso es que entonces ya se ve en el trabajo y confieso que me he acostumbrado a tenerlo en casa.

Y el trabajo sigue ahí. De momento una de las empleadas se ha puesto de baja y otra se ha ido sin avisar. Y a estas que me llaman para cubrir un turno. La respuesta inmediata, sin dar ningún tipo de explicación: "No". Respuesta interna, que por supuesto no dije: "¡Pero seras hija de perraaaaaaa! ¡Ahora corre a cubrir el turno! ¡Y una mierda te voy a cubrir el turno!". Cuando lo hablé con Marc me dijo aquello de "no des motivos para que te echen" y, una vez más calmada, llamé. Resulta que ya habían cubierto todos los turnos y solo les faltaba cubrir el del Miércoles. Casualidades de la vida, justo el día en que cortaban la luz de todo el edificio. Así que no podía ir, por aquello de dejar a mi cojito solo y hacer subir a mi suegra a un sexto sin ascensor. Respuesta de la hija de perra: "Aaaaaaahhh, ya me quedaré yo.... Aunque claro, resulta que mi marido se ha torcido el tobillo y va con muletas" Me entraron ganas de gritarle que mi marido estaba con el peroné roto por cuatro partes, el tobillo salido de sitio, los ligamentos rotos y el pie del tamaño de una bota de vino. Pero solo dije: "¡Que mala suerte! Pues si que estamos todas jodidas".

Y es que si me quedan dos dias en el trabajo quiero estar bien. Solo me permití decirle que como se les ocurría echar a una de las encargadas cuando muchas veces hemos estado con solo dos empleadas y todos los turnos los cubríamos nosotras. Que dos años yendo siempre que a la señora le salía de las pelotas y que, a la hora de la verdad, al paro.

Y llevo una semana con ardores. Voy a acabar con las existencias de Rennie de la farmacia...

1 comentario:

  1. vas a tener que tomartelo con mas calma, chica...sino vas a acabar fatal...
    me alegro qeu tu marido vaya mejor de la pierda, porque el tema de los ligamentos es bien fastidioso
    un abrazo a ambos.

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